¿Para qué sirven las plantillas?

Pese a ser un tipo de ortesis que se lleva usando desde mediados del siglo XIX, los profesionales de la salud no hemos sido capaces de transmitir cuál es la finalidad del tratamiento en sí. Quizá la creencia más extendida puede ser la de “algo blandito”, para que pisar sea más agradable. Sin embargo, las funciones reales de unas plantillas son:

  1. Controlar los movimientos patológicos del pie.

La mayoría de las lesiones de origen mecánico se deben a un movimiento patológico del pie, el exceso de pronación. El exceso de pronación provoca fascitis plantar, tendinitis de tibial posterior, tendinitis de Aquiles, periostitis tibial, tendinitis de tibial anterior, artrosis de las articulaciones de Chopar, y  Lisfranc, síndrome del seno del tarso, atrapamiento del nervio de Baxter, entre otras. Un movimiento de supinación excesivo provoca tendinitis de peroneos, hipertrofia de la base del 5º metatarsiano, principalmente. 

  1. Descargar los puntos de hiperpresión, si existen. 

Lo más habitual es encontrarnos con hiperpresiones en los metatarsianos centrales, algo que se debe mayoritariamente a una insuficiencia de primer radio, es decir, la primera cabeza metatarsal se va para arriba dejando de ser el punto de apoyo en la fase de impulso cuando caminamos. 

Por tanto, materiales sin memoria, los cuales vuelven siempre a su posición original, aunque sean flexibles, nos aporta durabilidad y el mantener al pie con movimientos controlados.

Salomé del Boz González
José Ramón Rodríguez Ruiz

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