Se trata de una enfermedad inflamatoria, que afecta a las arterias de pequeño y mediano calibre, así como a las venas de las puntas de los dedos de las manos y de los pies. Existe una estrecha relación entre esta enfermedad y el tabaquismo.

Esta patología se describe fundamentalmente en fumadores menores de 40 años, afectando, mínimo a dos miembros. Los pacientes refieren dolor en los dedos del pie y/o la planta del mismo en la actividad, que remiten en reposo. Pueden aparecer manchitas en las zonas más en la punta de los dedos, así como ampollas y/o grietas.

El pronóstico de esta patología es bastante negativo, ya que los pacientes que la sufren, con mucha frecuencia, no dejan de fumar, por ende un 19 % de estos pacientes suelen sufrir amputaciones en miembros inferiores. Sin embargo, el 94% de aquellos pacientes que sufriendo esta enfermedad desistieron de fumar, evitaron amputaciones relacionadas con este problema.

Tratamiento

La abstinencia del tabaco es la principal. Los antiagregantes plaquetarios, en especial las prostaciclinas. Los tratamientos locales, para evitar los problemas de circulación arterial en el pie, con una vigilancia meticulosa.

A nivel quirúrgico, pese a ser complicado, la revascularización es lo más óptimo.