El Crossfit se ha convertido, en los últimos años, en una de las prácticas de ejercicio físico más populares en España.

La definición de Crossfit es: movimientos funcionales constantes variados ejecutados a alta intensidad. Es en definitiva una magnífica actividad física, donde el listón lo ponemos nosotros mismos, y en el que podemos ir notando nuestros progresos de manera cuantitativa y cualitativa.

En esta práctica, una de las actividades que se realizan es levantamiento de pesas, similar a como se hace en halterofilia. Pues bien, es importantísimo mantener la postura correcta de la espalda, la cadera, los brazos, y demás para evitar lesiones. Así también ocurre en los pies.

Los pies son el sustento de todo nuestro peso, si levantamos 20 kilos, nuestros pies soportarán ese peso de más, si lo levantamos varias veces en un corto espacio de tiempo, nuestros pies están amortiguando y soltando de forma igual de violenta que nuestros levantamientos de peso. Todo ello afecta a la fascia plantar, que se estira en exceso muchas veces en cortos espacios de tiempo (fascitis plantar). Afecta también al músculo peroneo lateral corto, que incluso puede provocar una fractura en la base del 5º metatarsiano, así como al músculo tibial posterior, que no soporta el aumento de peso, y no logra sostener el arco interno del pie. Todo esto llega agravarse si el peso que se levanta es mayor. El movimiento involuntario del pie hacia afuera desembocaría en un posible esguince lateral externo de tobillo.

Por todo esto, y para prevenir lesiones que podrían dejarnos en el dique seco durante semanas o incluso meses, lo ideal es dar al pie la estabilidad adecuada. Un estudio biomacánico, y si fuera necesario una plantilla nos ayudarían a optimizar nuestro entrenamiento.