La hiperlaxitud ligamentosa es una alteración consistente en una mayor horquilla de movimiento del complejo articular, ya sean movimientos activos o pasivos.

Suele diagnosticarse por accidente, cuando se consulta al especialista por algún otro problema. Suele ser más frecuente en mujeres.

La hiperlaxitud no tiene que ser un problema en sí misma. Sin embargo, provoca una serie de movimientos aumentados que llegan a acarrear diversas patologías dolorosas en los pies. La insuficiencia del primer radio del pie, la pronación patológica mientras se camina o corre, son dos ejemplos de detalles de hiperlaxitud  que pueden provocar otras patologías como fascitis plantar, tendinitis de peroneos, de tibial posterior, o periostitis tibial.

Es también característico de las personas hiperlaxas la frecuencia con las que se le dobla el tobillo, no llegan a sufrir esguince del mismo, pero pueden hasta caerse por la pérdida de equilibrio. Este detalle es muy referido por pacientes con esta alteración.

En definitiva, la hiperlaxitud ligamentosa, no sólo no tiene que suponer un problema, sino que para muchas personas les permite realizar su trabajo, como son los bailarines, o los gimnastas, que tampoco todos han de ser hiperlaxos. Si por el contrario, esta característica nos está provocando dolores, e impidiendo que podamos llevar una vida normal, hay que controlar ese exceso de movimiento, para eliminar dichos dolores.