Es una infección que se produce en la capa más superficial de la piel de la planta del pie. Frecuente en personas con exceso de sudoración. Inicialmente se macera la piel y produce mal olor.

Al desaparecer el manto ácido de la capa superficial de la piel, la flora bacteriana de la piel se desarrolla forma patogénica. Tras la comentada acción de las bacterias, comienzan a producirse erosiones redondeadas con tamaños heterogéneos. Las erosiones llegan a unirse creándose lesiones de mayor tamaño. Resulta mayor la incidencia en la parte anterior del pie, debido a que suele ser donde se concentra más humedad.

Aunque no produce sintomatología, el no tratarla podría llegar a desembocar en patologías más graves, de ahí lo importante de atajar esta alteración. Puesto que la causa es la humedad producida por la sudoración, lo importante es atajar dicha sudoración, con cremas desodorantes para pies, polvos para el calzado, botox, tratamiento con iontoforesis, entre otros. En casos que sean muy extensos, se puede tratar con antibióticos orales.